Parque urbano y vallado de las Torres de Taco

El parque se sitúa en el Barrio del Pilar en Taco dentro de una gran manzana dotacional que además del propio parque incluye una zona deportiva y un equipamiento religioso (casas parroquiales y futura iglesia).

El parque salva un desnivel de 11.50 m que siguiendo las pautas de diseño del encargo se desarrolla en tres niveles: En el superior, la acera se ensancha progresivamente hasta conformar la plaza de la iglesia; El nivel intermedio es el “gran espacio de relación vecinal” requerido en el concurso, una pradera central de césped de unos 2.000 m² rodeada de árboles frondosos y palmeras, como un claro en el bosque, alrededor del cual se emplazan las zonas de juego y un kiosco de hormigón visto bajo la sombra de un pliegue de acero corten, desde la que se dominan las vistas del conjunto. La plataforma inferior es a la vez jardín de invierno de palmáceas y calle peatonal que atraviesa la manzana y comunica parque con zona deportiva.

Los tres niveles se articulan por una ancha rampa continua de adoquín de color acompañada por una línea de árboles de flor. El pavimento rugoso de hormigón fratasado se modula en malla cuadrada de 2 m, rematado con bordillo de chapa de acero corten. Este material se emplea también para el vallado del conjunto, de pletinas onduladas apoyadas sobre los muros de contención, ejecutados en hormigón prefabricado mediante contrafuertes y placa de sólo 13 cm de espesor. Sobre la superficie de los muros, de árido visto degradado en distintas intensidades, un bosque de bambú queda incrustado como naturaleza fosilizada.

Este proyecto fue obra seleccionada para el XIII PREMIO DE ARQUITECTURA DE CANARIAS 2006-07 en la modalidad de arquitectura del paisaje y proyectos del espacio público.